martes, 23 de noviembre de 2010

EL NACIMIENTO DE NADGLIM

He decidido publicar el génesis de un universo fantástico que estuve diseñando. Espero que les guste:

En el inicio Linprenor abrió sus ojos y en ese momento la nada se convirtió en luz y de esa luz surgieron los astros y los planetas. Uno de esos planetas fue Nadglim y Limprenor posó su mirada en el. De su ser se separaron varias luces, cuatro de las cuales sobresalieron. Las luces fueron llamadas Liminors y Liminatis.

A las cuatro grandes luces se les otorgó el cuidado de los cuatro grandes elementos de Nadglim:

Miros, el mas gigantesco de los Liminor, de blancos cabellos y larguisima barba sería el custodio del mar;
Nadiel, una Liminati de grácil figura y de dorados cabellos seria la custodia de la tierra;
Falig, aguerrida doncella de cabellos carmesí, sería la custodia del fuego;
Y finalmente, pero no menos importante, Wingam, el mas poderoso de los Liminor, con negra cabellera y bellísimas alas blancas sería el custodio del viento.

Para cumplir con su tarea, Linprenor les otorgó cuatro armas sagradas:

A Miros, un tridente dorado;
A Nadiel, un arco y un carcaj que nunca se vacía;
A Falig, un látigo llameante;
A Wingam una espada plateada.

Entonces Linprenor habló al resto de los Liminors y Liminatis y les dijo: "Hijos mios, sigan los mandatos de sus hermanos mayores y ayudenlos a custodiar Nadglim".

Algunos de los Liminors y Liminatis menores fueron:

Los gemelos Mirrasil y Mirralatis, de delicados cuerpos, piel albina y celestes ojos habitaban los mares menores;
Koros, el mas fuerte de los Liminors - incluso mas que los Liminors mayores -, hábil con el manejo de los minerales, forjó un martillo de guerra capaz de rivalizar con las cuatro grandes armas;
Lena, la cazadora, quien nunca desde la creación de Nadglim falló un disparo;
Rodim, el Liminor del valor y Anger, la Liminati del miedo.

Pero la Nada se negó a extinguirse ante la poderosa mirada de Linprenor e impregnó con su esencia a uno de los Liminors. Se trataba del hermano de Wingam, Targon, a quien la Nada también le otorgó un arma, una poderosa espada negra. Pero ninguno de los Liminors y Liminatis tuvo conocimiento de ella hasta el día de la promer batalla de Nadglim, suceso que está relatado en el libro "La caída de los Angeles".

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