sábado, 11 de diciembre de 2010

EL MAGIC Y YO - HISTORIA DE UNA PASIÓN (Parte 1)

Mi historia en el Magic comienza a finales del año 2001, que es cuando me empieza a surgir el fuerte deseo de empezar a incursionar en el juego. Juan Martín, mi mejor amigo desde la infancia, ya jugaba desde hacía un par de años y, en diciembre, aprovechando una Expocomic organizada por Ivrea a la que fuimos con Juan Martín, Nico, Laura, el hermano y el padre de Nico, empecé a pispear para comprarme algún mazo. Finalmente no compré ninguno, ya que Juan y Nico me recomendaron que pensara bien primero con que color iba a jugar.

Pasaron unos meses, y en el local de De Mente del Alto Palermo ví que estaban vendiendo mazos de Invasión a ocho pesos y me dije a mi mismo “esta es la mía”. Ya decido a que el azul era el color que mas se amoldaba a mi (elección que quedó confirmada a lo largo de los años), opté por comprar el mazo Dismissal. El mismo traía la carta que hasta el día de hoy es una de mis cartas más queridas, el Espia Pirexiano. Lo llamé a Juan Martín para comentarle que me había comprado un mazo y quería empezar a usarlo, a lo que me responde que preparaba un mazo “tranquilo” y venía a casa. El mazo mas “tranquilo” fue un mazo de Rebeldes con el que me partió al medio en numerosas ocasiones, no obstante lo cual yo seguí insistiendo y de a poco fui mejorando en el juego.



El mazo Disolución lo empecé a volver un mazo hibrido de control y descarte. Compré un par de Espías mas; le metí Oposición que me tocó en el primer booster de Magic que compré (uno de séptima edición); completé el playser de Dracos de Urborg; compré Sellos de Remoción, Anular Invocación y Guardias de Puerto para potenciar al Espía y realentar el juego del oponente; y, recomendado por Juan Martín, compré un par de Espectros del día del Juicio.

También, para probar algo loco, compré el mazo de cinco colores Spectrum; pero debo admitir que recién en mi vuelta al Magic (la que empezaré a describir en la parte dos de la nota) no le encontré la forma de volverlo un mazo decente, ganando con el mismo solo ocasionalmente.



Ya había conseguido alguna victoria contra Juan Martín (aunque en ese momento debía ganar en promedio una vez cada cuarenta partidos) cuando le compré un mazo prearmado por los vendedores del puesto de Parque Rivadavia. Era un mazo azul-rojo, al que, tomando como base un Destroy Land de Juan Martín convertí en un UR Destroy Land. Con cartas rojas destruyetierras combinadas con los Tordos Oníricos y los Chamanes del Arrecife, vaciaba la base de mana del oponente al cual mataba a base de Mantas, un Dragon Shivano y un Tahngarth.



En unas vacaciones que pasó con nosotros, introduje a mi primo en el mundo del Magic con lo que conseguí un oponente más parejo. El se compró un mazo blanco- rojo de Apocalipsis, un verde-azul de Invasión (el que mas me gusta de los que tiene y que posee una muy linda estrategia de rebote y ataque con evasión) y mas adelante le regalaron un mazo de artefactos con modular de Mirrodin.

En el 2003 jugué mi único torneo de esta primer etapa en el Magic con mi mazo Dismissal tuneado en una convención a la que había asistido. Por las cartas que tenía calculo que el formato era Legacy o el viejo Extended (en ese momento no tenía ni idea de los tipos de formato, solo le pregunté a un juez si mis cartas servían para jugar). En el torneo cometí muchos errores de novato y terminé con un record de 2-5.

Luego de esto, el Magic se enfrio un poco en mi vida, jugando solo espontáneamente con mi primo pero una gran verdad es que al Magic siempre se vuelve.

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